Esta pregunta a priori es difícil de responder, sobre todo porque no hay una respuesta única. Es verdad que hay diversas oposiciones catalogadas como “fáciles” o “sencillas”, aunque en general no hay oposición fácil, sino diversos grados de dificultad. A lo largo del artículo te vamos a ir dando pautas para que conozcas cuáles son las menos exigentes y en qué debes fijarte.
Cada oposición presenta una serie de variables o peculiaridades que influyen directamente en la dificultad del proceso de selección. Te presentamos las que nosotros consideramos más decisivas:
- Requisitos de acceso: evidentemente cuánto mayor es el requisito de acceso mayor es la dificultad. Si quieres una oposición más sencilla, te recomendamos aquellos procesos selectivos que solo exigen la ESO o el Graduado Escolar.
- Ratio aspirante/plaza: normalmente las oposiciones de menor categoría son más sencillas, en este caso el grupo C2 y las agrupaciones profesionales, aunque también es verdad que suelen tener mayor afluencia de candidatos/as. Por tanto, hay que tener en cuenta la ratio aspirantes/plazas ofertadas.
- Nº de temas: este es otro criterio fiable a la hora de definir qué oposiciones son más sencillas. Algunas tienen 20 temas y otras más de 70… Evidentemente a menor número de temas, menor dificultad.
- Periodicidad: la frecuencia con la que se convoca un proceso selectivo también va a ser decisivo a la hora de acceder a un trabajo público. Una oposición que se convoca de forma anual hace que tengas más opciones de obtener tu plaza.
Oposiciones más “fáciles”
Si tenemos en cuenta todas las variables anteriormente citadas, creemos que las oposiciones más “fáciles” son:
- Celador: requisito de acceso Graduado Escolar; 26 temas y único ejercicio tipo test.
- Subalterno: requisito de acceso Graduado Escolar; 21 temas y dos ejercicios tipo test.
- Auxiliar administrativo: requisito de acceso la ESO; 32 temas y dos ejercicios tipo test.
- Correos: requisito de acceso la ESO; 12 temas y un ejercicio único tipo test.
En cualquier caso, queremos dejar bien claro que todas las oposiciones requieren de un importante esfuerzo y grandes dosis de perseverancia. Ninguna es un regalo, pues el beneficio final es la obtención de un trabajo público, por tanto, la competencia siempre será grande. ¡Ánimo y a preparar tu oposición!